Comenzó transmitiendo por radio fútbol y boxeo, después pasó al automovilismo donde hizo lo que nadie…gritó su famoso ¡coche a la vista!, ubicando primero a Raúl Riganti en el transcurso de las 500 Millas de Indianápolis, durante varias vueltas…Por supuesto estaba transmitiendo por teléfono desde un hotel -con un ventilador de pie a fondo- porque no había conseguido la credencial.
Luis Elias Sojit, el inventor de las transmisiones del TC, el que hizo vibrar a todo el país siguiendo a Fangio por toda Europa, el que transmitió -como pudo- la Buenos Aires-Caracas. El que tuvo la valentía de mantener sus convicciones gritando “Perón cumple” y “es un día peronista”…sabiendo que en esos momentos se jugaba poco menos que la vida. El que tuvo el comentarista más pintoresco de la historia, Don Pedro Fiore quien, además de su particular voz, su idioma casi indescifrable y su facilidad para cambiarle los nombres a los corredores, bautizó al gran Oscar Gálvez como “El Aguilucho” por su habilidad para manejar en la montaña y que todavía se utiliza para recordarlo…
Odiado por los entonces denominados “gorilas”, que lo escuchaban por radio, fue respetado y querido por todos aquellos que lo conocíamos bien. Amigo incondicional, respetuoso y servicial. Cuando fue el equipo Automundo a correr a Europa con Pairetti y Cupeiro en 1966, Sojit ya se había tenido que ir a vivir a Brasil y se agregó a nosotros en el aeropuerto de El Galeao, de Rio de Janeiro, como se llamaba por entonces. Todavía conservaba el buen humor. Cuando el Comet IV de Aerolíneas Argentinas -piloteado por el recordado Comandante Dillon- se fue acercando a la Terminal, en el balcón vimos con sorpresa que alguien saludaba con los brazos en alto. ¿Quién podía utilizar ese gesto tan conocido por todos nosotros en Brasil?.
Salimos para Recife pensando ya en todo lo que faltaba de viaje, cuando tuvimos la segunda ocurrencia de Luis Elías…después de comer fue al baño y regresó…en pijamas, para pasar la noche…
Ya en Europa disfrutamos de su buen humor y predisposición para hacer un trabajo que conocía como nadie, además de tener gestos de amistad para todos nosotros, incluido Fangio, por quien sentía una gran admiración, que fue mutua.
Con su pintoresca vida periodística se podría escribir un libro, y si lo recordamos con estas líneas es porque -como le pasó a varios- cuando lo conocimos de cerca pudimos comprobar su gran corazón y sincera amistad. En pocos días se cumplirán 30 años de su fallecimiento.
Sr. Perez Loizeau. Muchas gracias por recordarlo. Julián Sojit (hijo de Boris)
Estimado Juan Carlos: Excelente tu recuerdo. Quiénes conocimos a Luis sabemos de su grandeza, generosidad y cordialidad. Mi cálido recuerdo para el Maestro. Carlos Guzzi.
Gracias por tus palabras. Abrazo!! JC