Gol de Ford

Marcus Gronholm

Aunque el mejor tiempo lo marcó el correctísimo flaquito Mikko Hirvonen -simpático, callado, tímido en las charlas de la sala VIP de Ford- el gol que gritó la hinchada fue el del formidable Marcus Gronholm -lungo, amable y correcto- sobre su competidor de siempre, el francés Sebastien Loeb -triple campeón también en simpatía y modestia en el momento de la corta charla y las fotos de recuerdo en la tribuna junto a Solberg, Sordo, Atkinson y otros mirando a sus rivales.
La competencia entre los dos fue una clase de conducción rápida y prolija, aunque se notó que Loeb no se entusiasma demasiado en estas pequeñas pistas improvisadas. El veterano Marcus le sacó una ventaja cómoda con su Ford y fue allí donde explotó la tribuna como en los goles que se gritan allí en el Monumental cuando juegan con Boca. Los del óvalo, contentos en una noche divertidísima donde hubo de todo: desde la gran calidad conductiva hasta los errores de los menos hábiles con derrapes, salidas de pista y tumbos sin peligro que nos hicieron explotar, pero de risa.