Como todas las grandes empresas del mundo, la F-1 está tratando de superar un terrible año económico. Y si el mal momento lo pasan negocios que involucran a mucha gente, ya desesperada, debemos entender lo que será para un espectáculo que por no ser imprescindible, se puede dejar de lado.
Así se fue notando en la F-1. La técnica fue, hasta ahora, ayudar a los más pobres. El primer beneficiado fue Brawn GP -muy pequeño, pero con gente muy idónea- y superó el principio de la crisis. Luego lo reemplazó Red Bull, con la ayuda de dos buenos pilotos (uno, Vettel, excepcional). Y, ahora cuando faltan 5 GPs, hay que completar el trabajo: ayudar a BMW, que ya anunció el retiro; Toyota, que lo analiza, y parece que no alcanza para Williams, Renault y Toro Rosso, quedando -por lo comprobado en el histórico e inigualable Spa-, Force India-Mercedes. Toda una aparición inesperada.
¿Cómo se explica que en la misma temporada pueda salir y dominar -como Brawn y Red Bull-, Force India…? ¿La varita mágica existe?…Creemos que lo que realmente existe es Mercedes-Benz. El dueño del equipo, Vijay Mallya, tuvo que soportar en Alemania que la policia entrara a los boxes y le secuestrara mercadería por 500.000 euros. El mismo procedimiento lo impidieron en Valencia, porque todo se arregló en la Aduana. Vijay debe 8 millones de euros, pide 130.000 y le ofrecen 88.
¿El bueno de Fisichella, a los 37 años, se acordó de golpe cómo era esta diversión? Ganó la Pole, estuvo primero en el comienzo de la carrera y sólo fue superado por Raikkonen y su mágico KERS por 9 décimas, diferencia que se mantuvo siempre, hasta en su entrada a los boxes.
En la largada, Fisichella partió como un misil. Kimi tenía otro. Barrichello se convirtió en estatua y fue a boxes. A los 20 segundos, Button -que ganó 6 de los primeros 7 GPs- abandonó luego de un accidente que involucró a Hamilton, Alguersuari y Grosjean. Sorprendió Alonso, que llegó a estar tercero, pero en el box tuvo problemas con una rueda. Vettel demostró otra vez que es el mejor entre los nuevos. Sus vueltas vistas desde la cámara on board, hicieron gran parte del poco espectáculo de un Gran Premio raro desde el sábado.
Kimi estaba tan, pero tan contento, que hasta se sonrió cuando bajó de la Ferrari. Y volvió al trago, antes que el champagne se convirtiera en espuma. Quien gana 4 Spa, como Jim Clark, está autorizado… y con la victoria de Ferrari, la próxima en el Gran Teatro de Monza, tiene asegurado el cartelito en la boletería de “no hay más localidades”…