La marca registrada más famosa del automovilismo mundial nació en 1923 cuando un novato piloto corriendo con un auto de su flamante escudería, se presentó en el circuito Savio, en Ravenna.
Al joven piloto -Enzo Ferrari- le presentaron al Conde Enrico Baracca, cuyo hijo Francesco Baracca, as de la Fuerza Aerea Italiana, había perdido la vida en un combate sobre Montello. Como consecuencia Ferrari conoció también a la Condesa Paolina Baracca, quien a los pocos días le dijo a Ferrari: ”Por qué no le pone a su auto el cavallino rampante que usaba mi hijo en su avión…?. Estoy segura que le va a dar suerte…”.
Ferrari aceptó la proposición: “Les pedí que el caballo quedara negro, pero que la tierra fuera bien amarilla, como los campos de Modena…”, señalaba Ferrari en su recuerdo.
Baracca, héroe inmolado en los combates aéreos dela primera Guerra Mundial vivió y sigue viviendo, en el símbolo de la marca de autos deportivos más famosa de la historia.
J. C. Pérez Loizeau