De acuerdo con lo comentado desde hace un tiempo, es evidente que llegó la hora de Ferrari. La forma de hacer las cosas hasta ahora no eran las que merece la marca símbolo de la F1. Llegó la preocupación y se vinieron las modificaciones, algunos cambios de gente y los italianos y gran parte del mundo del automovilismo regresaron, como tantas veces en la historia, a la alegría de la victoria.
Como ocurre en estos tiempos, todo el movimiento de la carrera -y con ello el interés que puede conseguir- es exclusivamente consecuencia de los neumáticos y su forma de usar los distintos compuestos para cada ocasión. No sólo los pilotos son manejados desde los boxes para cambiar el rodado, también hay una clausula -la de terminar la carrera con el compuesto blando- que llega a modificar clasificaciones como ocurrió con Vettel, que no pudo alcanzar -a pesar de su impresionante esfuerzo- y bajar en más de 3 segundos el record de vuelta, que había establecido Alonso para alcanzar a Hamilton, que se quedó así con el tercer puesto del podio. Por lo menos vimos esas dos últimas vueltas de Vettel que eclipsó el espectáculo, llegando medio de costado junto a Hamilton.
La largada fue para Hamilton, seguido por Alonso, Massa y Raikkonen. Vettel partió noveno y Webber, que salió del box por la penalización, entró inmediatamente a cambiar los neumáticos. Le salió todo mal durante toda la carrera. Con la excepción de los 5 primeros, el resto empezó la guerra de las gomas. Hulkenberger apareció primero, con Vettel y Button detrás. Webber atendió a Vernier y dañó su auto, lo que motivó que desde su box lo llamaran en mal tono.
Por entonces Raikkonen puso su nota habitual. Se puso detrás del Checo Pérez y cuando fue a pasarlo, lo tapó. Allí se oyo hablar a Kimi: ”¿Qué está haciendo…?”, le preguntó a su box. Llegaron a tocarse, y la trompa sufrió las consecuencias. De allí hasta el final el Lotus no fue el mismo. En ese momento en cámara quedó una ligera rueda haciendo acrobacia por la pista. Webber andaba en 3.
Mientras tanto, Alonso puso el DRS y se fue cómodo adelante sin ningún problema. Su auto volvió a ser una Ferrari, y con ese piloto, el auto no tuvo más problemas para estar luchando por la victoria. En la vuelta 29 se juntaron 6 autos adelante, lo que no es muy común. Allí Vettel recibió un llamado que le ordenó no preocuparse por Alonso, se hizo a un lado y le dejó la primera posición.
Con las cosas arregladas desde los boxes no pasó nada más hasta el final, salvo el esfuerzo de Vettel por subir al podio en lugar de Hamilton. Alonso obtuvo su victoria 31 -lo igualó a Mansell- y se sacó la mufa que lo siguió desde julio del año anterior, en Alemania.
La victoria N° 220 de Ferrari tuvo la presencia de Piero Lardi Ferrari, descendiente directo de Don Enzo, que acertó el domingo adecuado. David Coulthard, sin gracia, estuvo tratando de animar el podio sin conseguirlo. Y Kimi ganó una vez más la prueba por el primer trago. Ganó Ferrari otra vez. Alegría en España e Italia, que no es poco.