“Los pilotos de Gran Premio son en general europeos, pero a partir de los años sesenta aparecieron en las pistas del campeonato del mundo también pilotos norteamericanos. En mi escuadra tuve tres: Dan Gurney, Phil Hill y Richie Ginther, sin contar a Mario Andretti a quien considero italiano. Phil Hill, que fue compañero de equipo con von Trips, fue un sólido, emotivo piloto que venía de los autos Sport y que en California había tenido una buena experiencia como mecánico. No era un hombre de clase excelsa, pero era seguro y rápido en los circuitos de velocidad.
Amaba las curvas profundas, las rectas largas, y, un poco menos los cursos tortuosos, los circuitos considerados exigentes, donde es necesaria una precisión continua de manejo. Hill demostraba su pericia donde la velocidad era un elemento determinante. Era un buen piloto de monopostos y óptimo sobre las máquinas Sport, porque en las carreras de larga distancia le permitían armonizar su innata dotes de velocista con la regularidad y el respeto por la mecánica: una combinación vencedora.
Su carrera en nuestra escuadra duró diez años en los que ganó el campeonato mundial de 1961. Vive en California y viene poco a Europa.”
De esa forma pensaba Enzo Ferrari sobre Phil Hill, uno de los íconos del automovilismo norteamericano con respecto del europeo, quien murió el 28 de agosto a los 81 años de edad, en Santa Mónica, donde vivió siempre, aunque nació en Miami.
Recordemos ahora lo que pensaba Hill sobre las carreras de autos unos diez años atrás: “Todavía siento una especie de dolor cuando un auto se despista y el accidente se hace inevitable. También se que un auto se puede destrozar por el impacto contra un muro cuando perdió una rueda a plena velocidad y el piloto no sufrir heridas. Gracias a Dios. El automovilismo es peligroso y uno tiene conciencia de ello porque pasé más de una vez por esa circunstancia. Pero hace cuarenta años los accidentes eran demasiado frecuentes. En el período entre 1957 y 1961 los accidentes fatales eran muy comunes. Durante ese período mis compañeros de Ferrari Alfonso de Portago, Eugenio Castellotti, Luigi Musso, Peter Collins, Mike Hawthorn, Jean Behra y von Trips se mataron y era gente que estaba en lo más alto del ranking de pilotos…”.