El 17 de setiembre de 1948, y después de haber presentado sus autos en el Salón de  Ginebra, Porsche llevó su producción a Wolfsburg por segunda vez, el mismo lugar donde se fabricaban los Volkswagen. Antes, Ferdinand Porsche había trabajado en Austria, pero a medida que pasaba el tiempo, las distintas plantas volvían a la normalidad después de la Guerra. Ya estaba en Alemania.

Algunos de los ingenieros de la empresa, bajo la dirección de Anton y Louise Piech, trabajaron en Salzburg para poder distribuir los Porsche desde allí. Para la primavera de 1949 ya habían entregado aproximadamente 43 Gmund  cupés y 8 cabriolet incluyendo el trabajo de 1950.

Para el Earls Court Auto Show  de Londres en 1951, Porsche exportó el primer cabriolet producido por la empresa, con instrumentos deportivos y el volante a la derecha, teniendo en cuenta que se vendía en Inglaterra. Así los clientes podían elegir Porsche tradicional -con techo- y el convertible. Se denominó 1951 356 Cabriolet RHD. Y así vamos a la otra historia.

Al  terminar la Segunda Guerra Mundial  llegaron a nuestro país técnicos aeronáuticos como el francés Emile Dewoitine, el famoso alemán Kurt Tank con un equipo de colaboradores, a los que se agregaron a 12 ingenieros y técnicos argentinos que ya trabajaban en la Fábrica Militar de Aviones, que se transformaría  en  el Instituto Aerotécnico, en las conocidas instalaciones ubicadas en Yocsina, Córdoba, camino de Carlos Paz. Así comenzó la tarea para que la Argentina pudiera producir  aviones con propulsión a reacción, lo que se consiguió y así nuestro país fue el octavo del mundo en poder  realizarlo. Y vamos a la otra historia.

El equipo del alemán Kurt Tank diseñó, construyó e hizo volar con éxito al Pulqui II y como demostración de que les gustaba la velocidad ilustramos el informe con estas dos fotos históricas.

En la primera vemos a un Pulqui con Otto Behrens en la cabina, poco antes de perder la vida en un accidente mientras lo probaba. E n primer plano  se puede observar al primer Porsche convertible que llegó a nuestro país, propiedad del  Ing. Jürgen  Näumann.  Es un 356 Cabriolet RHD en Córdoba, a mediados de 1952.

En la segunda se puede apreciar mejor. El sorprendente Porsche 356 cordooobés, lleva a dos de los principales colaboradores del genial Kurt Tank, Otto Behrens y Jürgen Näumann. No deja de sorprender siempre un Porsche. Más en esta ocasión.

J. C. Pérez Loizeau

(Fotos, gentileza Fernando Benedetto)