En una carta enviada a los constructores participantes de la Fórmula 1 incluídos Ford y Volkswagen que en el futuro podrían ingresar a la competencia, el presidente de la FIA Max Mosley, propone cambios radicales para la categoría a partir de 2011.
La motorización volvería a los turbos. Esta vez, V6 de 2.2 litros, con limitador a las 10.000 rpm y la utilización de combustible tipo biodiesel. También propone tracción en las cuatro ruedas y la prohibición del uso de túneles de viento en los desarrollos aerodinámicos.
Según Max Mosley, los constructores apoyarían la propuesta.