Yo creo que la FIA y la FOTA tendrían que desaparecer en forma urgente. Pero sobre todo, Ecclestone y Mosley. Dos antipáticos personajes que luchan por las monedas desde hace años. Uno inventó el negocio y el otro -con un pasado casi espantoso- se pelean por el reparto, del que luego intervienen, según importancia industrial, varios más que tampoco se educaron en colegios religiosos. La F-1, que va a seguir como siempre porque sigue originando monedas, se terminó como espectáculo. Y perdió una seriedad que -exceptuando las décadas del ´70 y ´80, con grandes carreras- se fue degradando.
¿Qué les pasó a los Brawn en Inglaterra…? ¿Button estaba engripado…? ¿O fueron demasiados triunfos que le hacen peor a la categoría…? La F-1 es mentirosa desde hace mucho tiempo. Pero sigue reuniéndose en la Plaza de la Concordia, en París, como si todo fuera a explotar para representar una dignidad que no tienen. Décadas de sanata, pero las carreras de autos tienen una atracción que nos tiene atrapados.
En La Catedral (Silverstone, gran circuito que, por supuesto, va a desaparecer) hay que andar fuerte y doblando rápido. No es para giles. Vettel con sus refrescantes 21 años, ya ganó por demolición Monza y China, bajo el diluvio y una consagratoria Silverstone.
Ferrari mejoró algo, con Massa 4º y Kimi 8º. El viejo Barrichello, con cara de querer volver a Sao Paulo, por lo menos fue 3º, porque el fenómeno inglés inglés, rubio, de ojos celestes llegó 6º…
Webber no parecía muy feliz con su segundo lugar, pero lejos, lo más lindo estuvo a cargo de Vettel: cruzó la línea reverenciando desde el cockpit a sus mecánicos, le dió unos golpecitos a su auto llamado Hermana de Kate -el anterior era Kate-, un apretado abrazo a Adrian Newey y luego se puso a revisar el impresionante trofeo dorado que le entregaron averiguando si era de oro, bañado en oro o de bronce…Le mojó la nuca a Barrichello, luego le dió un fuerte abrazo y le pegó un trago a la botella (está aprendiendo).
Por primera vez en tantas carreras el padre de Jenson Button se quedó con las manos en los bolsillos…