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Juan Galvez – A 49 años de su muerte

Juan Galvez

El sábado 3 del actual se cumplen 49 años de la trágica muerte del más grande piloto que corrió TC. Durante tantos años ya se agotaron los elogios y los relatos de sus hazañas, por lo que creo que los números fríos de su carrera son suficientes para que se lo recuerde una vez más y para que los conozca mucha gente que, tal vez por su edad, no los tiene presentes.

Para nosotros, los que lo conocimos y disfrutamos de su talento, de su educación y de su sentido común -siendo una figura inigualable- también significa una satisfacción con la que él, por su enorme modestia, no estaría de acuerdo. Son estos:

CAMPEON DE TC: 9 VECES

KILOMETROS QUE CORRIÓ EN LA VANGUARDIA: 90.000

EFECTIVIDAD: 47%, EN 153 CARRERAS

CARRERAS GANADAS: 57

TRIUNFOS EN ETAPAS Y SERIES: 113

NOTA: En una Temporada Juancito perdió el título por 1 punto. En otra, por 1 punto y medio.
El domingo 4 de marzo, a las 10:30hs, los integrantes de la Agrupación Amigos de los Gálvez lo recordaran en el Mausoleo que guarda sus restos en el Recinto de los Notables, en el cementerio de la Chacarita.

A propósito, la ACTC prometió reparar el monolito que se levantó en el lugar de su accidente fatal, que se encuentra muy deteriorado. Esperemos su cumplimiento.

J.C. Perez Loizeau

Murio Raul Cottet

“Cuando corría y hacía una chambonada para mis adentros decía: Raúl, Raúl…si te viera Juan…”.

Cuando empezó a correr de acompañante de Juan Gálvez, Raúl Cottet comenzó un curso acelerado de TC. Juancito ya había ganado 7 campeonatos argentinos y llegarían dos más. Mejor profesor, imposible. Le sirvió mucho para cuando, después del accidente de la Vuelta de Olavarría en marzo del ´63, se decidió a correr de piloto. Lo hizo desde el ´65 al ´67 y de allí el comentario que nos hacía en las charlas de algunos sábados en el Museo del Automóvil donde, además de comer…cocinaba.

El recuerdo de sus años con Juancito era permanente. Y su admiración, total. “Juan era muy exigente, El deportista perfecto”, decía. “Se cuidaba en todo. En su forma de ser, en sus procedimientos, en su físico. Tenía un caracter muy recto. No se podía jorobar…quería las cosas derechas. Había que trabajar mucho y con seriedad”. Y siempre volvía a recordar los últimos momentos de Juan: “Como en los dos golpes anteriores Juancito volvió a salir por mi puerta…! ¡Qué barbaridad! Pensar que las hebillas de los cinturones las guardábamos en la guantera. Juan no quería saber nada de correr atado. Siempre decía que cuando uno se daba un golpe estaba en manos de Dios…

Desde el 25 de junio último el buenazo del Gordo Raúl también está con Dios. Falleció en un sanatorio porteño a los 74 años de edad. Lo recordaremos con cariño.