Se convirtió en ley el proyecto del Gobierno para subir los impuestos internos que gravan autos, motos, embarcaciones y aeronaves deportivas.
La iniciativa había obtenido media sanción en la Cámara de Diputados por 134 votos a favor, 21 en contra y 57 abstenciones. En la madrugada de hoy, la Cámara de Senadores completó el proceso con 39 votos afirmativos, 18 negativos y 5 abstenciones, a pesar del rechazo de fabricantes, importadores y concesionarios.
La ley establece un gravamen del 30% para los vehículos 0 km cuyo valor sin impuestos sea superior a $ 170.000. Esto significa que se aplicará a productos que hoy tienen un precio al público de $ 239.000.
Por otra parte, a partir de los $ 210.000 (sin impuestos), la alicuota asciende al 50%. En la práctica significa que se aplica a productos que hoy se comercializan a $ 385.000.
Se estima que la nueva norma afectará a 120 modelos con 370 versiones. Un vehículo que hoy tenia un precio al publico de $ 239.000 pasará a costar $ 310.000, mientras que un vehículo que hoy tenia un precio al publico de $ 385.000 pasará a costar $ 510.000.
El impuestazo no hace distinción entre modelos nacionales o importados y tampoco una actualización de la escala, teniendo en cuenta la inflación que modifica los precios en forma permanente. Pero además se incluye a las motos, que recibirán un arancel del 30% cuando su precio sin impuestos se encuentren entre los $ 22.000 y los $ 40.000, mientras que el gravamen pasa al 50% cuando se superen los $ 40.000. Por ahora, la medida no contempla a los comerciales (pickups, utilitarios, camiones y buses).
Las consecuencias del impuestazo ya se sienten. Varias automotrices suspendieron lanzamientos que estaban previstos. Además, en la práctica la suba de precios no solo afectará a los modelos involucrados sino también al resto del mercado (al desaparecer la rentabilidad que se consigue comercializando las unidades más caras) e incluso a los usados de similares características.
La Cámara de Importadores y Distribuidores Oficiales de Automotores (CIDOA) alertó sobre el peligro que la ley provoque la “desaparición y graves daños a marcas especializadas con la siguiente perdida económica y de cientos puestos de trabajo directos e indirectos”. La Cámara nuclea a Alfa Romeo, BMW, Chrysler, Hyundai, Jaguar, KIA, Land Rover, Mack, Mitsubishi, Renault Trucks, Subaru, Ssangyong, Volvo y Volvo Trucks.