El campeonato mundial venía bien este año. Hasta ganó Alonso la primera carrera en Bahrein por lo que el Sr. Emilio Botin, dueño del Banco Santander, aprovechando el color rojo de su empresa decidió poner unos 30 millones de dólares en otra empresa roja…¡Ferrari!
Luego de ese comienzo auspicioso el famoso equipo italiano comenzó a notar la ausencia de todos aquellos técnicos y dirigentes que formaron para la impresionante cosecha de Michael Schumacher. Y mientras el equipo no colmaba los requerimientos del Sr. Botin, igualmente el campeonato ofreció muy buenas carreras con un favorable sistema de puntos y paradas en los boxes.
Así mientras se armaba Ferrari surgieron Red Bull, McLaren, Renault y hasta volvió Mercedes Benz con Schumy incluido. Ferrari seguía trabajando contra equipos dirigidos por los mejores técnicos del momento y, al parecer, los resultados estaban mejorando.
De pronto parece que el Sr. del Banco se puso nervioso ante la proximidad del GP de Italia y Ferrari cambió notablemente para Alemania. Alonso hizo los mejores tiempos en entrenamiento, el viernes en pruebas no cronometradas, y casi hace la pole que se lo impidió magistralmente Vettel. ¿Y el resto?. Los equipos dominadores no estuvieron. Red Bull puso en el podio a Vettel después de tratar infructuosamente de tomar la punta en la salida, al querer encerrar a Alonso mientras Massa -el petiso de los mandados- tomaba con autoridad la vanguardia. Siguiendo con la carrera Webber se tomó un domingo sabático, y llegó a estar a 39 segundos de la punta, Hamilton y Button se borraron y la lucha quedó con Massa primero, Alonso segundo y Vettel, tercero.
La carrera fue realmente aburrida, por un circuito sin lugares para el sobrepaso. Los más divertidos fueron los del fondo, porque se chocaban entre ellos. Pero el drama estaba por llegar. Massa, a quien ya le pasó de todo desde que está en Ferrari, y que aun así ganó carreras, pensó que seguiría primero hasta el final. Pero mientras mantenía detrás suyo a Alonso y pasaban las vueltas se oyó de pronto que Alonso decía en voz alta por su radio al box: ”Esto es ridículo”. Pocas vueltas después, en la 49ª, el que escuchó su propia radio, pero desde el box, fue Massa. La voz de su Director Técnico, Stefano Domenicalli, le dijo: ”Alonso va más rápido que tú. ¿Puedes confirmar que entendiste el mensaje?. Aunque un rato antes de este pedido de hacerse a un lado le habían dicho: ”Concéntrate en estas vueltas. Puedes ganar. La distancia es de 3 segundos sobre Alonso”. Poco después terminó la carrera.
Cuando iban despacio hacia el estacionamiento Alonso preguntó por Massa a los boxes, y luego lo elogiaron. Al bajar del auto Alonso no levantó los brazos en señal de victoria y Massa se le acercó y lo tocó en pobre señal de saludo. El ambiente estaba frizzado. Hasta Vettel trataba de disimular. El podio parecía la Antártida. Alonso con cara de yo no fui le tiró champagne a Massa y el sufrido brasileño se dio vuelta y le dio la espalda. Cada uno se tiraba champagne a sí mismo. Massa tenía peor color que cuando el resorte le pegó en la frente.
En la conferencia Alonso dijo:”No se que pasó. Massa andaba lento y lo superé sin arriesgar”. Y siguió hablando del auto y del equipo. Massa no quiso hablar y sólo se refirió a que él trabaja para el equipo y luego se refirió largamente a enviar su pésame a la familia de un amigo que falleció. Mal momento para el brasileño.
El tema traerá larga cola y por ahora la solución de lo ocurrido la tiene un lector de El Pais, de España, que en la columna de los comentarios de la gente dijo, simplemente: ”Debe ser que Massa tiene cuenta en un Banco brasileño”.