Fue lo que todos los aficionados del mundo quieren ver cada vez que se corre una prueba de Fórmula 1, porque se dieron las condiciones básicas, que no fueron ni son algo mágico. Por el contrario, hay un elemento básico para lograr un Gran Premio ejemplar. Un circuito adecuado. Y Spa sigue siendo uno de los mejores de la historia y el mejor de la actualidad. Y si a un trazado inigualable le agregamos este nuevo factor que es el del cambio obligatorio de gomas de distinta adherencia, la carrera no puede ser aburrida. De allí que este GP de Bélgica fue lo mejor que se ha visto en mucho tiempo.
Tuvo todos los elementos necesarios para un gran espectáculo desde la partida, con un sorprendente Rosberg que salió arando en una nube de humo azul por el lado de adentro y sorprendió a los que estaban delante de él, tomando la punta que le fue arrebatada por Vettel -cada carrera más veloz e inteligente- en la segunda vuelta, mientras comenzaba el gran show de los toques, roces y entradas en los boxes.
De suave, fino o caballeresco no tuvo nada, desde allí hasta el final. Schumacher, que largó último, pasó 12 autos en 4 vueltas. Alonso se ubicó primero, seguido por el peligroso Hamilton, que poco después se salvó de tocarlo a él y a Massa, llegó a la primera posición y terminó barriendo los carteles publicitarios, después de atender a -si, adivinó- Kobayashi, que estaba en su elemento, tocando a todo el que le pasaba cerca. Hubo 4 primeros en las primeras 10 vueltas.
Vettel, para hacer el 1 el sábado tuvo que gastar un juego de gomas blandas, por lo que estando en la punta debió cambiarlas, y tuvo que parar alguna vez más de lo planificado. Pero su conducción, y el auto que tiene, lo salvaron siempre. Su equipo de ingenieros es de otro mundo. Webber hizo lo que pudo y andando parejito, dejó tercero a Button, que como siempre, y también luchando con las gomas, hizo podio sin que muchos se dieran cuenta con su conducción old fashion.
Cuando llegaba la parte final, sin que cayera el interés, las posiciones eran: Vettel, Webber -que superó a Alonso-, Button y Rosberg. Pero al hijo del “Keke”, que estaba delante de Schumacher en un día inspirado, le llegó el mensaje radial: “Necesitas ahorrar combustible”, que traducido, quiso decir:”Dejá pasar a Schumi”, algo discutible, porque aunque es meritorio lo del 7 veces campeón mundial, -que largó 24º y llegó 5º-, no cambiaba nada importante. Pero entre alemanes se entienden.
Después, todo el mundo se dedicó a mirar las gomas y Red Bull hizo 1-2 con Button en el podio, luego Alonso -Ferrari no sabe si es el chasis, las gomas o el tuco de los fideos, pero anda de a ratos- y Schumi en los 5 primeros puestos. Meritorio lo del chico Maldonado que ganó 1 punto, lo que no le pasaba a un venezolano desde los tiempos de Johnny Cecotto, cuando éramos chicos.
Los festejos fueron cordiales entre Vettel y Webber, más que de costumbre. Con Button, -un gentleman- y con Newey, que es el genio. En el podio Vettel le llenó la boca de champagne a Horner y los tres del podio bañaron a la gente, luego que el ganador, antes de subir, tomó carrera y se tiró encima de sus mecánicos en un festejo que tuvo mucho de agradecimiento por lo que trabajaron anoche para solucionar problemas en los dos Red Bull. El alemancito ganó la séptima de la Temporada y suma 17 en la F1. En el campeonato le lleva 92 puntos a su compañero y 99 a Alonso. Como dijo Button, después de tirarle un beso a su novia desde el podio:”Fue una linda carrera”. Una frase real…