Las automotrices se encuentran en pleno desarrollo de vehículos más eficientes y Volkswagen presentó en el Salón de Qatar, al XL1, con una cifra de consumo sorprendente: 0,9 litros/100 km.
El XL1 es el tercer prototipo que la Marca alemana desarrolla de acuerdo con su estrategia de producir automóviles con un consumo inferior al litro/100 km y el objetivo está cada vez más cerca.
El nuevo Volkswagen XL1 consigue un valor de sólo 24 gramos de Dióxido de Carbono por kilómetro gracias a una combinación de varios factores: construcción liviana con partes en fibra de carbono, muy bajo coeficiente aerodinámico y un conjunto propulsor híbrido compuesto por un motor turbodiésel TDI de dos cilindros y otro eléctrico, con una potencia total de 75 caballos, acoplados a una transmisión de doble embrague DSG de 7 velocidades. Como está diseñado para ser un híbrido conectable, el XL1 puede recorrer hasta 35 kilómetros en modo puramente eléctrico, y por lo tanto, con cero emisiones.
Las baterías de iones de litio se recargan mediante un tomacorriente convencional de 220 voltios, que sumado a los 10 litros de capacidad del tanque de combustible, le permite al XL1 tener una autonomía de 550 kilómetros, aproximadamente.
El motor eléctrico colabora con el convencional en aceleración y durante el frenado opera como generador, para cargar las baterías mientras que el TDI convencional de 2 cilindros y 0.8 litros que cumple con las normas de emisión Euro 6, deriva del conocido 1.6 TDi de cuatro cilindros, que equipa a varios modelos de Volkswagen. Las prestaciones indican una aceleración de 0 a 100 km/h inferior a los 12 segundos y una velocidad máxima de 160 km/h, limitada electrónicamente. Están presentes el Control Electrónico de Estabilidad y el ABS, entre otros elementos.
En cuanto al diseño el XL1, -con un largo de 3 metros con 90 y un ancho de 1 metro con 70-, exhibe dimensiones similares al Polo, pero con una altura comparable a la del Lamborghini Gallardo, algo mayor al metro. El frontal, a pesar de la ausencia de una parrilla, es fácilmente asociable a los actuales códigos estéticos de Volkswagen, con predominio de líneas horizontales. Para mejorar el coeficiente aerodinámico, las ruedas traseras están carenadas, y pequeñas cámaras reemplazan a los retrovisores exteriores convencionales. La habitabilidad está mejorada respecto a la primera generación de ésta familia presentada en 2002 y al L1, introducido en 2009. Al habitáculo se accede mediante puertas de apertura vertical y los asientos ahora están distribuidos a cada lado y no en tándem.