La parrilla de todos los autos argentinos de hoy son iguales, sin tener en cuenta las marcas. El responsable de que se hayan  transformado en una larga sonrisa la tiene un grande que no dejó nunca de ser un chico. Un chico del campo que trascendió en todo el mundo. Se llama José Froilán González. Para nosotros es, simplemente, Pepito. O Pepe, para los que tienen menos confianza. Del autentico campo argentino pasó a toda velocidad, a convertirse en una de las mas grandes figuras del automovilismo mundial.

Cumple hoy 90 años de edad. Es un privilegiado, un protegido por  todo aquello que tiene de bueno la vida. Somos legión los que estamos contentos por lo que hizo, lo que fue. Lo que sigue siendo. Como a casi todos los seres humanos le han pasado cosas, muchas cosas en tantos años. De las buenas y de las malas. Pero su espíritu y su corazón lo trajeron hasta aquí, hasta los 90, sin perder su sonrisa, su carácter tan especial y la suerte de seguir siendo feliz. Una felicidad que sabe compartir y que hoy sentirá en cada abrazo que reciba de todos los que estamos cerca de él y de la legión de amigos y admiradores que tiene por el mundo.

En el Día del Camino -no podía ser de otra forma- sobre los problemas cotidianos habrá lugar permanente para la sonrisa que nos iluminará hoy, pensando en lo contento que se va a sentir. Le damos las Gracias a Dios por eso.