Ford Argentina llevó a cabo la celebración de los 50 años de su Escuela Técnica Henry Ford, fundada el 6 de abril de 1965. Desde entonces, funcionó en forma ininterrumpida por medio siglo dentro de Planta Pacheco.
Enrique Alemañy, presidente de Ford Grupo Sur expresó durante el evento: “En nuestros más de 100 años de presencia ininterrumpida en Argentina, no solo nos comprometimos a ofrecer vehículos de excelencia con las tecnologías más innovadoras, sino que nos hemos involucrado en el desarrollo de nuestra sociedad, creando trabajo de calidad, invirtiendo en el país y apostando a la educación. La continuidad de la Escuela Técnica Henry Ford a lo largo del último medio siglo es un fiel reflejo de esta promesa inquebrantable”.
Es importante destacar que tres años después de la inauguración de la ETHF, Ford Argentina y su red de concesionarios organizó un programa de construcción de escuelas rurales y de frontera. Entre 1968 y 1982, 41 escuelas fueron construidas y donadas a comunidades argentinas. A partir del 2002, 23 de ellas ya fueron remodeladas en una nueva etapa del programa “Educación para un nuevo mañana” iniciada para reciclarlas y adaptarlas a las necesidades presentes, equipándolas con tecnologías amigables con el ambiente. La última escuela fue reinaugurada en Villa Quillinzo, Córdoba, el 25 de noviembre de 2015. En referencia a la importancia de los programas de educación, Carlos Galmarini, director de asuntos corporativos y comunicaciones de Ford Argentina, declaró “En Ford estamos convencidos que un negocio verdaderamente exitoso y sostenible es aquel que contribuye con el genuino desarrollo de la sociedad, aquel que contribuye a que sus comunidades tengan un futuro mejor. Y creemos que es la educación el motor más potente para lograrlo”.
Hoy en día, la ETHF cuenta con 210 estudiantes y 1188 graduados, de los cuales alrededor de 50 se encuentran hoy trabajando en Ford. Actualmente, los estudiantes cuentan con un plan de estudio integral que permite articular el estudio, el trabajo, la investigación y la producción en base a conocimientos teóricos y prácticos, con el objetivo principal de garantizar el acceso al mundo laboral y la educación universitaria. Para esto, la escuela cuenta con laboratorios completos para la enseñanza de robótica e informática, equipados con el instrumental de precisión para las prácticas de electrotecnia, hidráulica, ensayos de máquinas e industriales, mecánica y metalúrgica, carpintería y motores; así como también un taller con instalaciones, herramientas, instrumentos de medición y control y hornos para el aprendizaje de procesos tecnológicos. Ejemplos de esto son la impresora 3D, el aula virtual equipada con notebooks personales y el área de computación en el que los alumnos, desde los primeros años, aprenden software utilizado diariamente en profesiones industriales.
Toda esta formación se complementa con actividades extracurriculares que la escuela promueve, como la participación en la Olimpiada de Matemática Argentina, la Olimpiada de Robótica de Lego y Metalsa y la presentación de proyectos para obtener becas en el Instituto Tecnológico Buenos Aires y el Instituto Balseiro de Bariloche, entre otros.
En el ámbito humanístico, los estudiantes de la escuela técnica contribuyen con comunidades argentinas organizando donaciones y construyendo juguetes y elementos de recreación para equipar escuelas rurales y de frontera.