En el Salón de París de 1948, Citroën presentó al 2CV A, un auto barato, práctico e innovador. Pero la historia había comenzado algunos años antes.
A mediados de los años 30, el auto popular estaba de moda. En la oficina de estudios Citroën, Pierre-Jules Boulanger trabajaba en la idea de un vehículo liviano y económico. Es el proyecto TPV (très petite voiture – auto muy pequeño). El objetivo: 4 plazas, 50 km/h, 5 litros/100km, fabricación y mantenimiento lo más económico posible. Fiat acababa de lanzar su 500 Topolino.
La homologación se llevó a cabo el día 23 de agosto de 1939 con el nombre de 2CV A. Pero algunos días después, la declaración de guerra del 3 de septiembre de 1939 detiene el programa. El 2CV se escondió de todas las miradas y principalmente del ocupante alemán, que perfeccionaba su propio auto popular (el escarabajo).
Nueve años después, el 7 de octubre de 1948, Citroën reveló oficialmente al público, su 2CV. Se caracterizaba por su faro único, situado a la izquierda, una carrocería liviana de chapa de aluminio, los cuatro laterales en chapa de acero, sin llave de contacto –utilizaba un arranque por manivela- y un limpiaparabrisas único central con recorrido elíptico y conectado por cable a la transmisión.
El 2CV era propulsado por un pequeño motor de 2 cilindros y 375 cm3, refrigerado por aire. La caja de velocidades tenía tres relaciones, más una sobremultiplicada. Pesaba 500 kg, su velocidad máxima era de 65 km/h y lograba un consumo de 4.5 litros/100 km.
La verdadera innovación está dada por su suspensión, independiente en las cuatro ruedas. El Citroën 2CV podía circular en caminos deteriorados. Era capaz de atravesar un campo arado, con una canasta de huevos en el baúl, sin romper uno sólo de ellos. El equipaje se ubicaba en el baúl o debajo de los asientos, previstos a tal efecto. En 3 segundos se podía desmontar la tapa del baúl y en 6 segundos retirar el asiento trasero para poder disponer de un espacio considerable. Los asientos extraíbles eran muy apreciados por quienes hacían camping.
Al momento de la presentación, la prensa se burlaba de él, pero el público en general, lo aceptó con cariño. Fue un gran éxito comercial. A los pocos meses de iniciada la venta, la lista de espera era de 5 años. La producción se incrementó de 4 unidades diarias, en 1949 a 400 unidades diarias, en 1950.
En 1951 se presenta el 2CV furgoneta, mientras que en 1956 aparece el 2CV AZL, versión de lujo del 2CV, por su ancho parabrisas trasero rectangular y su capota de lona. En 1958 llega la versión Sahara, con dos motores de 425 cm3, uno para las ruedas delanteras y el otro para las traseras. Al año siguiente, en 1959, se termina el color gris como color único, con la aparición del azul. En 1970 la gama se amplía con el 2CV 4 y el 2CV 6, modelos que superan los 100 km/h. En 1973, se utiliza al 2CV en el Raid Africa donde recorre 8.000 km, a través del desierto del Sahara.
Las condiciones reglamentarias, las normas anti-contaminación, los crash tests y otras normas de seguridad anunciaron el fin del 2CV. En febrero de 1989 la cadena de producción francesa del 2CV se detiene y, el 27 de julio de 1990, a las 16 horas, sale el último 2CV nuevo de la historia, en la planta de Mangualde, en Portugal.
A nivel mundial, a lo largo de los 42 años, se produjeron más de 5 millones de unidades, entre berlinas y utilitarios. En 2007, el 67 % de los franceses lo eligieron como “auto del siglo”.