Sébastien Ogier se convirtió en el primer piloto oficial del equipo Volkswagen Motorsport, que participará en el Campeonato Mundial de Rally WRC a partir de 2013. El francés de 27 años de edad, finalizó la Temporada 2011 en el tercer lugar, consiguiendo 5 victorias, el mismo número que el óctuple campeón Sébastien Loeb. Ogier y su navegante Julien Ingrassia serán fundamentales en el desarrollo del Polo R WRC. Además, el bicampeón mundial de Rally, y ganador del Dakar 2010, Carlos Sainz, completó los primeros kilómetros de pruebas y asistirá en la implementación del proyecto.
El Polo R WRC está propulsado por un motor de 4 cilindros, con turbo e inyección directa TSI de 1.6 litros, que desarrolla una potencia de 300 caballos. De acuerdo con el reglamento, cuando el número de revoluciones sea muy elevado, al impulsor se le restringirá el suministro de aire mediante un limitador. Para la transmisión de fuerza está prevista una caja de cambios secuencial. Naturalmente, contará con una aerodinámica optimizada y tracción en las cuatro ruedas. La concepción técnica de un auto del Campeonato Mundial de Rally se debe basar en la de una carrocería de serie. Están prohibidas las ayudas a la conducción, y el peso en vacío debe ser de al menos 1.200 kilos.
Volkswagen cuenta con un antecedente en el Mundial de Rally. Kenneth Eriksson y Peter Diekmann obtuvieron en 1986 el título del recién creado Campeonato Mundial del Grupo A, con un Golf GTI 16 válvulas.
Luego de conquistar al Dakar en sus tres participaciones, el equipo Volkswagen Motorsport, dirigido por Kris Nissen, no participará en la edición 2012, concentrando todos sus esfuerzos en el Mundial de Rally.
Algunos opinan que las carreras se hacen aburridas porque Vettel gana siempre y los resultados se repiten. Es verdad. Pero una carrera de la que no participa el fenomenal joven alemán, también se hace aburrida.
Si no es por factores climáticos o circuitos serios –no ésta mala broma del Ing. Hermann Tilke protegido por Bernie Ecclestone, que utiliza a estos sujetos vestidos curiosamente para aumentar su fortuna con miles de dólares más- las carreras no son buenas porque ponen en evidencia la mediocridad de los 5 ó 6 pilotos del primer pelotón que son siempre los mismos. Corren, ganan y pierden entre ellos, ante la ausencia de Vettel, que puede ser que esté tan adelante -haciendo record de vueltas en las últimas seis carreras- o que, como ocurrió en esa villa de emergencia directamente no esté.
Nadie puede dudar de la calidad de Hamilton-Button (McLaren), Fernando Alonso-Massa (Ferrari), Webber, Rosberg, -que va llegando-, pero tampoco se puede dudar que entre ellos, no sale una carrera buena nunca. Antes de salir ya se sabe que Hamilton va a andar por cualquier lugar, pero cerca o en la vanguardia, que Alonso va a pelear contra su auto y contra los mecánicos del box cada vez que pare, que Button difícilmente deje de ir tomando el te con la Reina, que Webber –a que los aficionados digan que en Red Bull lo desprecian y que Massita tiene mala suerte…
Abu Dhabi sirvió otra vez para caretear. No faltó nadie. Desde el Rey de España a Piero Lardi Ferrari, cada vez más parecidp al Viejo, los abrazos calurosos del Tío Bernie a todo aquel que vistiera de blanco completo, jugadores de fútbol y colados Reyes de rock, antes de irse a dormir.
Para destacar fue que Vettel, al quedar de a pie, recibió un cariñoso abrazo del Tío Bernie, mientras muy sonriente le agradecía que no estuviera, ya que ganó las dos carreras anteriores.
En la vuelta 20 se hizo noche -faltaban más de 30 para terminar- pero en los barcos de esa bahía, con más petróleo que agua, ya habían comenzado los bailes, es decir, lo importante.
En fin, Hamilton le regaló la carrera a su mamá en su cumpleaños y Vettrel, por fin, abandonó una carrera. Pero sus rivales no fueron capaces de hacer algo entretenido.
La despedida del calendario será en Brasil. Calurosa, divertida y con las tribunas colmadas por los muchachos en cueros, bañados por los bomberos. Unos tanto y otros tan poco…
En la edición de setiembre de 2011 de la revista ONE -dirigida con su reconocido oficio y criterio por Oscar Fittipaldi- se publicó una nota traducida de “Motorsport”, de Inglaterra, del periodista Edd Straw quien pregunta a sus lectores: “¿Qué tan bueno es Sebastián Vettel?”.
En muy poco tiempo se contestó sola con la conquista de su segundo campeonato y con su victoria en Corea, en la que después de perder por milésimas la pole con Hamilton, se exacerbó su orgullo, y realizó un trabajo impresionante.
En un autódromo desprolijo, con lomitos de burro agrupados al final de la recta principal y tan sucio que hubo que andar obligatoriamente por una huella, Vettel corrió otra carrera.
Lo que más destacado fue el acostumbrado autazo de Petrov a alguien (esta vez lo sufrió Schumacher), la entrada del safety-car, y algunos roces leves en la salida de boxes (Alonso v Schumy), motivados por que el lugar también está mal hecho.
En la salida ya Vettel le había contestado al periodista inglés, en dura lucha con Hamilton, Alonso, Massa y Button. Y luego de las detenciones para cambiar rodado, la carrera se puso entretenida.
Poco antes de la mitad de la carrera se ubicaron Alonso, Vettel, Alguersuari (¿?), Hamilton, Webber, Button y Massa. Así, con algunos cambios anduvieron un rato largo, pero entretenido. Pero luego vendría lo mejor.
Con la pasada por arriba de Petrov sobre Schumi entró el safety car. Cuando se fue, Vettel hizo la del manual: disminuyó la velocidad, juntó a los de atrás y, con una acelerada rápida se fue…Los que quedaron bien juntos y con maniobras frustradas de sobrepasos muy buenas para el espectáculo fueron Hamilton, Webber, Button (sin mucha inspiración esta vez), Alonso y Massa con, insisto, muy buen espectáculo. Allí llegó el asombro.
Hacía un largo rato que nadie hablaba de Vettel porque no se le veía en la pantalla, hasta que llegó la noticia: estaba primero con 12 segundos de ventaja sobre el pelotón que estábamos viendo…
Faltando 5 vueltas le dijeron por radio que anduviera más tranquilo y cuidara las gomas. No les hizo caso. Además hizo record de vuelta en la última…Una demostración impresionante.
Así el puesto ligeramente en duda en Inglaterra ganaba su vigésima carrera, igualando a Hakkinen, y 10 sobre 16 en el año, ya siendo campeón. El podio quedó Vettel, Hamilton y Webber quien, con su aporte, le hizo ganar la Copa de Constructores a Red Bull.
Cuando Schumacher ganó su primer campeonato Vettel tenía 7 años de edad. En el podio se emocionó mucho cuando le pusieron su himno y luego se divirtió cuando Webber bañó a dos coreanos, con ropas elegantes. Hamilton no estaba de buen humor. El periodista inglés tampoco.
Suzuka fue diagramada por expertos, y controlada constantemente por radio. Nada fue dejado librado al azar y la tarea de los técnicos se vio facilitada porque los tres primeros son campeones mundiales y conocen muy bien su trabajo.
La emoción para los espectadores se trasladó a la enorme cantidad de paradas que hubo que hacer en los boxes, para los cambios de compuestos de los neumáticos. Por lo menos eso entretiene y motiva sorpasos constantes.
La clave de lo que iba a ocurrir fue la parada de Vettel en la vuelta 10. No tenía que correr riesgos en un circuito lindísimo, pero demasiado abrasivo. A poco de comenzar ya se forma la huella que dejan los autos y no se puede salir de ella, porque es imposible manejar con tierra, bolitas de gomas y pedazos de plástico de algunos roces, que los hubo y de los que participó Hamilton -otra vez con Massa- en el peor año de su carrera de piloto de F-1.
Estuvieron en los primeros lugares los mejores. Como siempre. Al comienzo Vettel, como para demostrar que podía ganar, junto a Button -piloto ejemplar que se dio el gusto de triunfar – Webber, Hamilton, Massa y Alonso.
La carrera fue entretenida y se puso mejor, porque en la vuelta 21, Button lo superó a Vettel en un cambio de gomas y allí se quedó hasta el final, pero con Alonso segundo y tercero el alemán, corriendo para el campeonato y no para la carrera.
En el giro 24 entró el safety-car para que limpiaran el circuito y cuando se fue, Button, que estaba adelante, disminuyó su velocidad y juntó a todos. Aceleró de golpe y se fue contento bien adelante. En la vuelta 33 entró Vettel por tercera vez a cambiar gomas y por la radio le dijeron que no se entusiasmara y cuidara el caucho.
Hasta el final se mantuvieron igual Button, Alonso y Vettel, con su segundo campeonato mundial asegurado -convirtiéndose en el piloto más joven en conseguirlos en la historia- con l5 carreras consecutivas sumando puntos, con 12 poles y 9 triunfos, cuando faltan 4 grand prix.
El joven campeón saludó a todos. Desde Alonso y Button, a todo su equipo uno por uno, a su compañero Webber, a su familia, y a su entrenador finlandés. Otra vez a Button y, finalmente, dijo “Quisiera decir tantas cosas…”. Pero no le alcanzó el tiempo. Como ya le ocurrió antes, lo mejor de Vettel fue su llanto a los gritos, cuando llevaba su auto en la vuelta de la victoria y por la radio le gritaron desde su box.”¡Sos el campeón mundial!”. Lo que confirmó que, en realidad, es un chico…
Hay un comentario histórico en la Fórmula 1. Cuando hay un ganador repetido la pregunta es ¿es tan bueno el piloto o es porque tiene el mejor auto? Una cosa está implícitamente relacionada con la otra. Uno solo de los dos factores no alcanzaría para ganar 9 carreras en la Temporada, ganar en forma consecutiva las 3 últimas después del receso y haber quedado ahora a 1 punto de su segundo campeonato mundial, que es lo que ocurre con Vettel-Red Bull.
En Singapur -un circuito feo, totalmente improvisado por motivos económicos, en el que se corre encajonado, de noche y con luz brillantísima sólo en la pista con el peligro que en la tribuna alguien enciende una linterna y perturbe a los pilotos- y que motiva toques, roces y choques a cada momento.
La carrera se puede separar en dos partes: Vettel y el resto. La superioridad del joven piloto alemán y su auto es tan notable que le quita atracción. El interés se concentra en esperar que Hamilton -que, según los aficionados siempre da espectáculo- choque contra cualquier cosa, en cualquier momento. Y él cumple. En Singapur lo ayudó el equipo Mercedes, porque Rosberg le pegó a Sergio Pérez y lo sacó de la pista, Schumacher que venía más atrás, se montó en una rueda trasera del mexicano y el siete veces campeón mundial levantó vuelo, como caballo asustado. Afortunadamente para Schumi el auto cayó sobre las ruedas delanteras. Y cómo fue de grosero el error, que Schumacher lo reconoció y los directores del evento lo perdonaron. Aunque apercibieron al hijo del Keke. Hamilton, en cambio, continuó con la costumbre de pegarle a Massa, uno de sus preferidos.
En la salida, Hamilton trató de superar a Vettel, Button y Alonso. En el desparramo consiguiente lo hizo pasar a Webber de segundo a cuarto, lo que fue aprovechado por un especialista -Alonso- que se ubicó tercero. Hubo algunos cambios cuando comenzaron a separase en el denominado circuito.
En la séptima vuelta las posiciones eran: Vettel, 9 segundos delante de Button, tecero Alonso, Webber, Massa, Hamilton y el resto, tratando de no tocar los paredones. Con las entradas a los boxes, nadie sabía bien dónde estaba ubicado.
En la 19º el escocés Di Resta, que viene del DTM, estaba en el tercer lugar hasta que Webber, obsesionado por Vettel allá adelante, lo pasó y Hamilton -el que da espectáculo- estaba l5…
La carrera se estaba poniendo interminable. Larguísima, casi de dos horas de duración. El único voluntario que quiso alcanzar a Vettel fue Button -con su principesco estilo- pero Vettel fue aflojando segundos, y ganó una vez más por muerte, como dirían los muchachos de la tribuna. Alonso trabajó, como siempre, contra una Ferrari que no encuentra el camino y, salvo Button, el resto quedó mareado por tanta curvita, junto a la playa de Singapur. El más contento, además de Vettel, fue el tio Bernie, que salió rápidamente para el Banco antes que cerrara.
Insistimos con lo de los circuitos. Ya lo hicimos con Spa, hace pocos días y ahora lo confirma Monza. La Fórmula 1 se transformó en una actividad irremplazable del automovilismo, para los aficionados de todo el mundo. ¿Por qué? Porque hay pocas cosas tan emocionantes para la gente que ver autos rápidos y pilotos que les hacen rendir toda la capacidad técnica que disponen, poniendo en riesgo hasta su vida. Pero todo ese espectáculo maravilloso necesita, imprescindiblemente, escenarios adecuados. No se puede correr en cualquier parte, y sin embargo, se hace únicamente por razones comerciales.
Lo demostraron en pocos días los dos circuitos más tradicionales: Spa y Monza, dejando de lado Mónaco, que es directamente un acontecimiento social. En los dos trazados largos y altamente riesgosos, se vieron los dos Grandes Premios más emocionantes de la temporada.
La salida de Monza fue una obra de arte de Fernando Alonso, con su escapada por la derecha, arriesgada y perfectamente ejecutada, que lo puso adelante del pelotón durante las 4 primeras vueltas. Después lo superó en el momento adecuado y cuando las cosas se tranquilizaron -hubo de todo en la primera chicana del circuito, como siempre- Sebastián Vettel, que llegó así hasta el final, como para que nadie pueda discutir ya su enorme dimensión.
Pero lo bueno fue que comenzaron allí mismo los duelos de tipo personal como, por ejemplo, el de Hamilton tratando de superar a un resucitado Schumacher, que utilizó su enorme experiencia, para mantener su tercer puesto. Un poco más adelante, Webber rompió la trompa de su Red Bull en un toque, y se despisto. Mientras tanto, Button superaba a su compañero de equipo, a Shumi, y a Alonso, casi sin despeinarse. El alemán coleccionista de títulos mundiales finalmente cedió su posición a Hamilton, con problemas en los neumáticos traseros, y porque algún comisario deportivo lo quería sancionar.
En los acostumbrados pasos por boxes, se destacó Red Bull. Devolvieron a la pista a Vettel, con cuatro cubiertas nuevas, en sólo 2.9 segundos. De su radio salió el grito que marcaba su victoria número 18 en la F1, igualando a Kimi Raikkonen. Detrás llegaron Button, Alonso, Hamilton y Shumacher. Todos campeones mundiales.
En la Temporada Vettel lleva 8 victorias, 4 segundos puestos y un cuarto. Lidera el torneo con 112 puntos de ventaja sobre Alonso y 117 sobre Button.
El podio fue el tradicional en Monza, con todo el público de las tribunas -unos 100.000 tanos con banderas de Ferrari- en la pista. Cuando ocurría en la Argentina las autoridades se enojaban…Vettel, llorando, demostraba que todavía tiene alma de pibe. Button le llenó la boca con espuma y el alemancito volvió a sonreír. Gracias, Monza!.
Fue lo que todos los aficionados del mundo quieren ver cada vez que se corre una prueba de Fórmula 1, porque se dieron las condiciones básicas, que no fueron ni son algo mágico. Por el contrario, hay un elemento básico para lograr un Gran Premio ejemplar. Un circuito adecuado. Y Spa sigue siendo uno de los mejores de la historia y el mejor de la actualidad. Y si a un trazado inigualable le agregamos este nuevo factor que es el del cambio obligatorio de gomas de distinta adherencia, la carrera no puede ser aburrida. De allí que este GP de Bélgica fue lo mejor que se ha visto en mucho tiempo.
Tuvo todos los elementos necesarios para un gran espectáculo desde la partida, con un sorprendente Rosberg que salió arando en una nube de humo azul por el lado de adentro y sorprendió a los que estaban delante de él, tomando la punta que le fue arrebatada por Vettel -cada carrera más veloz e inteligente- en la segunda vuelta, mientras comenzaba el gran show de los toques, roces y entradas en los boxes.
De suave, fino o caballeresco no tuvo nada, desde allí hasta el final. Schumacher, que largó último, pasó 12 autos en 4 vueltas. Alonso se ubicó primero, seguido por el peligroso Hamilton, que poco después se salvó de tocarlo a él y a Massa, llegó a la primera posición y terminó barriendo los carteles publicitarios, después de atender a -si, adivinó- Kobayashi, que estaba en su elemento, tocando a todo el que le pasaba cerca. Hubo 4 primeros en las primeras 10 vueltas.
Vettel, para hacer el 1 el sábado tuvo que gastar un juego de gomas blandas, por lo que estando en la punta debió cambiarlas, y tuvo que parar alguna vez más de lo planificado. Pero su conducción, y el auto que tiene, lo salvaron siempre. Su equipo de ingenieros es de otro mundo. Webber hizo lo que pudo y andando parejito, dejó tercero a Button, que como siempre, y también luchando con las gomas, hizo podio sin que muchos se dieran cuenta con su conducción old fashion.
Cuando llegaba la parte final, sin que cayera el interés, las posiciones eran: Vettel, Webber -que superó a Alonso-, Button y Rosberg. Pero al hijo del “Keke”, que estaba delante de Schumacher en un día inspirado, le llegó el mensaje radial: “Necesitas ahorrar combustible”, que traducido, quiso decir:”Dejá pasar a Schumi”, algo discutible, porque aunque es meritorio lo del 7 veces campeón mundial, -que largó 24º y llegó 5º-, no cambiaba nada importante. Pero entre alemanes se entienden.
Después, todo el mundo se dedicó a mirar las gomas y Red Bull hizo 1-2 con Button en el podio, luego Alonso -Ferrari no sabe si es el chasis, las gomas o el tuco de los fideos, pero anda de a ratos- y Schumi en los 5 primeros puestos. Meritorio lo del chico Maldonado que ganó 1 punto, lo que no le pasaba a un venezolano desde los tiempos de Johnny Cecotto, cuando éramos chicos.
Los festejos fueron cordiales entre Vettel y Webber, más que de costumbre. Con Button, -un gentleman- y con Newey, que es el genio. En el podio Vettel le llenó la boca de champagne a Horner y los tres del podio bañaron a la gente, luego que el ganador, antes de subir, tomó carrera y se tiró encima de sus mecánicos en un festejo que tuvo mucho de agradecimiento por lo que trabajaron anoche para solucionar problemas en los dos Red Bull. El alemancito ganó la séptima de la Temporada y suma 17 en la F1. En el campeonato le lleva 92 puntos a su compañero y 99 a Alonso. Como dijo Button, después de tirarle un beso a su novia desde el podio:”Fue una linda carrera”. Una frase real…
Los pilotos tan vehementes como Lewis Hamilton son divertidos para el público pero sus infracciones le cuestan dinero -que no lo va a dejar pobre-, los comisarios de pista lo marcan y terminan por acostumbrarse a pasarle facturas…
El domingo fue la quinta amonestación de la temporada, por lo que declaró:”Asumo el castigo. Otro para mi baúl. Voy camino del record”.
El año último en Australia fue penalizado por “conducción temeraria” porque después de un trompo puso otra vez el auto derecho en la pista haciendo un “donut”, es decir hizo patinar las gomas haciendo ruido y levantando una nube de humo azul, lo que por otra parte, es lo que se hace desde tiempo inmemorial en cualquier carrera del mundo y en cualquier categoría.
En Malasia lo multaron otra vez porque los comisarios dijeron que andaba a los bandazos delante de Alonso para no dejarlo pasar. Y tiene también 3 coleccionadas en su infortunada carrera en Mónaco, una por saltar una variante el sábado y 2 más por haber andado a los toques con Massa y Maldonado. La del domingo último fue cuando después del trompo en la vuelta 47, hizo la donut justo cuando pasaba Paul di Resta, que se dio un susto importante…
Como se puede comprobar el simpático Lewis se mató de risa…
“Mirá, hermano. Yo siempre corrí para ganar. Nunca di espectáculo. La única vez que lo hice fue en Nürburgring y cuando bajé del auto le dije a Güerino: Esto no lo vuelvo a hacer nunca más…”. Fangio me lo contaba en una de aquellas charlas por la tarde cuando -impecablemente vestido- trabajaba en su agencia de Montes de Oca y, sin muchas ganas de hablar con clientes, me pedía que fuera por allí.
Pidiéndole que no lo tome como una exageración innecesaria, Jenson Button, medio siglo más tarde, tiene el mismo concepto de Juan para que, sin darnos cuenta, gane carreras difíciles. El piloto inglés corre para él. Nadie lo tiene en cuenta, hasta que llega primero después de 70 vueltas en las que pasó de todo: choques, toques, derrapes, paseos por el pasto, errores de concepto…un casino. Button se dirige solo. De los boxes puede haber algún llamado, pero el que decide cuándo cambiar gomas en una carrera crucial por problemas de lluvias intermitentes, es él. No se mete en problemas y anda siempre sobre la pista. La limpieza y prolijidad para conducir su auto y decidir la estrategia lo lleva, como en Canadá hace poco, a llegar primero sobre el final para sorpresa de aquellos que se entretuvieron con las acrobacias de Hamilton, por ejemplo. “Yo corro para ganar. No se dar espectáculo”. Bien lo puede decir Button, que se baja del auto mejor peinado y con el buzo más limpio, que cuando empezó la carrera. Y en primer lugar.
Esta es la gran discusión de los aficionados de todas las épocas, y seguirá mientras existan las competencias. Fue discusión antes y ahora. Y en el futuro también. Es cuestión de estilos para el que corre y para el que ve.
Fue lindo el GP de Hungría por todo lo que pasó a raíz de un mal tiempo inesperado. Siempre ocurrió, pero ahora con la obligación de cambiar neumáticos de distinta adherencia la carrera se convierte en una lotería en la que pasa de todo y se ven virtudes y defectos más que en las de piso seco. Y todo eso empareja más las posibilidades para los pilotos, los mecánicos y los ingenieros. Así, la carrera sale entretenida y con muchas ganas de discutir entre los aficionados.
Hamilton se mostró tal cual es. Rapidísimo, audaz e impetuoso. Como siempre gastó gomas, se tocó con varios -sin superar su record de Mónaco- hizo trompos y exigió a su auto más de lo que merecía. Estuvo primero, se retrasó y terminó cuarto. Vettel fue desbordado al comienzo por Hamilton y no tuvo un día muy feliz corriendo, pero fue segundo. Gran negocio teniendo en cuenta el campeonato. Alonso perdió mucho tiempo detrás de Webber, y para peor, el equipo equivocó la estrategia. A pesar de todo, con su calidad y con la Ferrari que cada vez anda mejor, arrimó al podio. De los de arriba Webber y Massa anduvieron entre mal y peor, finalizando quinto y sexto, superados por Hamilton.
Esta es la F1 actual, en la que se puede pasar de genio a tonto o a inconsciente, en pocas vueltas. Y eso es bueno para el espectáculo, porque la gente está pendiente de lo que pasa. Recordemos cuando iban en fila india…
Button se habrá tomado un buen te con galletitas para festejar -compartiendo con su papá y su novia con contagiosa alegría- sus 200 carreras en el mismo lugar donde ganó la primera en 2006 y también con lluvia. Todo muy merecido y limpito…
Posiciones del Campeonato Mundial de Conductores:
1 – Sebastian Vettel – 234 pts
2 – Mark Webber – 149 pts
3 – Lewis Hamilton – 146 pts
4 – Fernando Alonso – 145 pts
5 – Jenson Button – 134 pts
6 – Felipe Massa – 70 pts
* Pocos minutos antes de la partida, y entre el corso inevitable de gente y autos se vio a Adrian Newey, muy interesado en agacharse ante cualquier auto rival y espiar sin disimulo alguno. Siempre se puede encontrar con alguna sorpresa.
* ¡Schumacher primero! Tenía que ser en un lugar tan exótico como el Hungaroring. El fenómeno de los 7 campeonatos estuvo primero en una carrera, casi sin que nadie se diera cuenta. El desconcierto era tan grande que pareció mentira, pero fue real.
* Jerome d´Ambrosio (Virgin) estuvo también entre los destacados: se mandó un trompo en la calle de boxes, sin tocar a nadie…El corso fue largo.
* Y ni hablar de la rapidez mental de los ayudantes de pista, que llevaron a los boxes al auto de Heidfeld que había explotado, de contramano…Afortudanamente Vettel estaba atento, y pudo esquivarlos. Pudo ser una tragedia. A propósito…¿Heifeld es terrorista? Nunca se vio algo peor.
El GP de Alemania fue entretenido por los cambios de posiciones entre Hamilton, Alonso y Webber, con un Vettel navegando entre la cuarta y sexta posición sin que se supiera por qué. Fue la carrera de las compensaciones, para que pudieran volver a divertirse gente famosa, de equipos famosos que, -hasta ahora-, tuvieron que aguantar que un chico de 23 años recién cumplidos, ganara durante casi todo el calendario.
El viernes, en el día de pruebas libres para la carrera, Hamilton se bajó de su McLaren y le dijo a Alonso: “Con este auto no puedo hacer nada”. Y ganó la carrera corriendo como en avión, mientras su compañero, el más tranquilo y veterano Jenson Button, abandonó. Segundo fue Alonso con la Ferrari, y Mark Webber completó el podio. Esta vez Vettel, quedó cuarto.
Hamilton se está quejando desde que empezó el campeonato y haciendo todo tipo de acrobacia desde que ganó en China. Ya no se queja ni hace comentarios de muy poco gusto, porque Vettel le sacó el título de ganador más joven de un campeonato mundial -consultar revista ONE-.
Insistimos que la carrera fue entretenida para ver, con bastantes cambios entre los de adelante. Hubo gente contenta y eso es lindo. Además le viene bien a la categoría que siempre tiene problemas con carreras digitadas, acusaciones de coimas y más problemas que Grecia. Mientras tanto los técnicos se vuelven totalmente locos todas las semanas y ya no saben qué hay que hacer para que los autos sean más parejos y competitivos para más equipos. Es decir, lo que ocurre desde 1950 cuando se inventó la Formula 1.
Posiciones del Campeonato Mundial de Conductores:
1 – Sebastian Vettel – 216 pts
2 – Mark Webber – 139 pts
3 – Lewis Hamilton – 134 pts
4 – Fernando Alonso – 130 pts
5 – Jenson Button – 109 pts
6 – Felipe Massa – 62 pts