24 de Junio de 1911 – 24 de Junio de 2011
Nuestro Recuerdo
Para memoria, la de Fangio…
Noche de invierno en 1984. Estamos un grupo de amigos, esperando a Fangio en el confortable comedor de la agencia de Jorge Cupeiro. Lo habíamos invitado a comer, junto con Froilan González, y yo llevaría fotografías de cuando corrían en Europa, para que las comentaran. Bien abrigado llegó Juan con Pepe. La risa explotó enseguida. Le di a Juan una foto del Alfa Sprint 1600, que la fábrica le había dado a Juan para que se movieran por Europa. Cuando la vio se calzó rápidamente los anteojos y le dijo a Pepe: “Che, Gordo…¿Vos sabes que todavía no me pagaste la mitad de este Alfa…?”.
¿Qué dijo siempre Pepe sobre la suerte…?
La suerte de su Padrino, por supuesto. Y Juan le dio la razón, mientras contaba que corriendo en Albi con los terribles B.R.M. lo comprobó: “¿Vos sabes hermano lo que me pasó allí?…En la curva de entrada a la recta larga, siento blando el pedal de freno. Encaro la recta y hundo el acelerador hasta la chapa. Como era larga, pude pensar un poco y me acordé lo del pedal de freno liviano…Lo tanteo con el pie izquierdo y se me fue al fondo…¡La pucha…!, dije. Empecé a bombear como loco y a bajar velocidades. Cuando se estaba terminando la recta, ya andaba despacio. Allí mismo paré. ¡Si no lo tanteo en plena recta…!. Siempre fui un tipo de suerte, tiene razón el Gordo…”.
“Tenés que dormir de esta forma…”
Fangio tenía todo pensado y calculado. Sabía más que un ingeniero especializado en autos de carrera. O en cualquier cosa…
“Mirá, hermano”, me dijo una vez. Y me dio las instrucciones, en un Gran Premio por el Norte: “Te acostás sobre el costado derecho, recoges un poco las piernas, una sobre la otra, y apoyas la cabeza sobre el brazo doblado para atrás. El izquierdo lo dejas a lo largo del cuerpo. Así respiras fácilmente y el corazón trabaja sin ninguna alteración…”. Recomendación del Dr. Fangio. Vea la foto.