GP de Italia F1 – El talento de Brawn y justicia para Barrichello


Con el debido respeto a la historia, Monza sigue siendo un gigantesco banco de pruebas. No hay que esperar sutilezas cuando la F-1 corre allí. Es para motores con un auto alrededor. Por eso pone en evidencia a aquellos pilotos que tienen el coraje de andar fuerte y, además, sin errores.

Por lo visto, Mercedes se puso de moda. Por lo demostrado en Spa y ahora en Monza los tres días de actividad, el impulsor alemán confirma lo que había ocurrido en el comienzo del campeonato actual. La carrera, como de costumbre, se definió en los boxes y no en la pista. Pero, como si obedecieran alguna orden los pilotos de Brawn, -Barrichello y Button- se esmeraron en destacar que ellos no disponen del KERS. Claro que tampoco se refirieron en absoluto a que ellos tienen desde la primera carrera los discutidos difusores inventados por el genial Ross Brawn. Y que el KERS da impulso por un momento determinado y los difusores son parte vital durante toda la carrera.

En fin, Monza fue una carrera más. Raikkonen demostró una vez más que es el mejor piloto, que la lucha interna en Inglaterra, Button-Hamilton, va tomando temperatura, que los Red Bull entraron en un cono de sombra y Vettel está enloqueciendo, que Nakajima ahora choca a dos juntos y que Hamilton sigue siendo todo lo opuesto a Button. No sólo no es rubio de ojos celestes si no que le resulta imposible dominar su temperamento, en oposición a su rival de nacionalidad -medido y triste pero veloz- arruinando una buena carrera en la última vuelta, acelerando encima de un pianito y volviendo loco a su papá. Más argumentos para los diarios ingleses.

Este fue el cuarto 1-2 de Brawn y la 11º victoria -a una de Reutemann- del siempre luchador Barrichello a los 37 años de edad y luego de muchos años de postergación haciendo de Nº2. Tres veces ganó Monza. Se merece un gran reconocimiento.

Mientras 200.000 espectadores bajaban de la tribuna y ocupaban la pista -algo tradicional allí- Barrichello se reía de todo, Button trataba de mostrarse feliz y Kimi, como si estuviera en misa por su inesperado podio, le dio tres tragos a la botella mientras pensaba, seguramente, cuándo le van a dar una Ferrari como la que tenía Schumy…

¿Fisichella?. Está cursando el primer grado en la escuelita de Fiorano.