Según algunos de los gurús del Rally Dakar, la edición 2009, la primera en Suramérica, puede ser la gran oportunidad para Carlos Sainz (Madrid, 1962). Lejos de África, las posibilidades de los pilotos se equilibran. No hay ventajas porque nadie domina el terreno. Sainz, undécimo en 2006 y noveno en 2007, lleva un año esperando la oportunidad de rebatir a quienes le descartan.
Sainz dice:
Estoy con más ganas que hace un año. Ha pasado mucho tiempo desde que corrimos el último Dakar. Han sucedido muchas cosas. La carrera ha cambiado de continente. Pero, a nivel mecánico, el auto está prácticamente igual.
La estrategia de VW se ha basado en tratar de fiabilizar el coche al máximo. Será un tanque. Ya fue así para 2008, cuando no se corrió el Dakar. También ha sido nuestro principal objetivo para 2009. Por ese motivo, mi primera preocupación es saber si Mitsubishi ha podido sacar un auto nuevo de última generación, su primer diesel, y nos ha dejado un poco atrás. Eso no lo veremos hasta que comience la carrera.
La carrera va a ser muy dura y el calor va a complicar más las cosas. Dejando de lado las etapas de Mauritania, en África no sufrías por el calor. Aquí vamos a pasarlo mal desde el primer día. Luego, está el tema de la altura, un condicionante más que puede influir de forma determinante y mermar las condiciones físicas de los pilotos y las mecánicas de los coches. Y también hay otro factor importante: va a haber de todas las superficies y los terrenos. Tendremos dunas, cerca de 3.000 kilómetros de arena, trialeras, zonas rápidas, camino lento, rápido… Tendremos que ir adaptando la estrategia sobre la marcha. En África ya sabías cómo tenías que pasar Marruecos, cómo afrontar Mauritania y lo demás. Aquí, el desierto de Atacama será decisivo. Cuando no conoces una carrera, puedes llegar al tercer día y encontrarte con una etapa que resulta un rompeautos.
Este año, todos partimos en igualdad de condiciones. Yo sigo siendo tremendamente prudente. Lo que pasa es que, si ahora me preguntan si firmo el podio, mi respuesta es no. Pero no desde la prepotencia, sino desde la ambición que tengo por ganar. Vine a Argentina a tratar de ganar el rally, aunque ya sé que no es nada fácil. Se me criticó argumentando que corría mucho y no sé qué historias, pero yo siempre devolví el auto intacto, sin ningún golpe ni nada que demostrase que estaba forzando demasiado.
Está claro que, en África, un equipo de la experiencia de Mitsubishi tenía unos conocimientos del terreno que los demás no poseíamos. Pero no sólo el departamento técnico del equipo. Tampoco los pilotos lo conocían muy bien. Al acabar cada etapa, Michel [Périn, su copiloto] me preguntaba: “¿Has visto el paso de los elefantes?” o “¿te ha gustado la roca de no sé qué?”. Y yo le decía: “¡Joder!, me podías haber avisado. Acabo el Dakar y no sé ni por dónde he pasado”. Ahora ya sabe que, cuando pasemos por un sitio importante, me tiene que avisar. Al menos, para poder decir que lo he visto.
A mí me da igual correr en África o en la Conchinchina siempre que sea una carrera de alto nivel competitivo y en la que estén los mejores pilotos. El Dakar tiene que ser un reto. Si están los mejor preparados, a mí ya me va bien que se haga en Suramérica.
En las dunas ya he adquirido un poco más de experiencia. He hecho dos rallies en Dubai en los que sólo hay dunas, dunas y dunas. Ya estoy un poco mareado de tanta duna. Pero entiendo que es el hábitat en el que puedo ser más vulnerable. Por lo demás, ir conduciendo por un camino no me da ningún miedo. Pero, luego, nos han dicho que nos vamos a encontrar ríos, trialeras…
El auto evolucionó mucho durante los dos primeros años, pero el siguiente paso ya implicaría construir un auto nuevo completamente distinto al actual. Y la estrategia de Volkswagen para afrontar este Dakar no ha sido ésa. Ahora hay que ver si nuestra decisión ha sido la correcta o no. A lo mejor nos encontramos con que Mitsubishi ha fabricado un auto mejor que el nuestro y no podemos ganar. Pero eso habrá que analizarlo a posteriori.
Se ha hecho especial atención al tema del agua porque nos han dicho que vamos a tener que cruzar ríos. Sé que se ha trabajado mucho en el esnórquel [la prolongación del tubo de escape que asoma por lo alto del coche], se le ha prestado un poco más de atención que en África, donde, una vez pasabas Marruecos, había muy poco riesgo de quedar sumergido porque apenas veías agua.
Las urgencias que tiene Volkswagen me han llegado a mí y a todos los pilotos. Estamos en un año muy difícil desde el punto de vista económico. No seré yo quien diga si será o no determinante el resultado de esta edición para seguir en esto. Pero está claro que esta prueba resulta muy cara y, una vez que haya terminado, Volkswagen analizará el resultado deportivo y si le ha salido rentable a nivel mediático.
Origen: El País