Nico Rosberg abrió la puerta de su casa, gritó “Voy a dar unas vueltas y vuelvo…”. Luego de saludar a los vecinos, realmente paseó a sus amigos de la Fórmula 1 en forma impresionante, por el barrio de Montecarlo.
Si alguien no muy entusiasta de las carreras de autos vió el GP de Monaco hoy, haga de cuenta que lo vio desde 1929 hasta ahora. Fue entretenido porque pasó todo lo que ofrece este incongruente, incomprensible e inimitable Gran Premio.
Cronicar todo lo visto es una tarea imposible, pero la carrera fue típica y cumplió con los entusiastas que -sin ser especialistas o fanáticos espectadores de la F1- pudieron apreciar una carrera que quedó en el calendario por ser, justamente, tan distinta a las demás.
La demoledora victoria fue de Nico Rosberg, que vive desde chico justamente, en Monaco. Además se cumplían 30 años del triunfo allí mismo de su padre, el notable Keke.
Sintéticamente señalamos que Rosberg ganó de punta a punta, seguido por Vettel, Webber, Hamilton, Sutil, Button y Alonso y que, como es ya costumbre, Vettel hizo el record de vuelta en la penúltima vuelta, mientras desde su box le pedían -como siempre- calma a los gritos.
Hubo toques y choques para todos los gustos. Los más perjudicados fueron Massa y Maldonado y el más revoltoso fue el Checo Pérez, terrible con su nuevo McLaren. El comienzo había sido aburrido porque se formó la típica fila india hasta que algunos pilotos comenzaron a perder la paciencia. Especialmente los latinoamericanos que tienen que demostrar por qué están allí, a los que pusieron la plata.
Tuvo que entrar el Safety-car porque los chocadores habían imposibilitado correr con normalidad. Cuando faltaban 32 vueltas pararon la carrera para poner orden. Se hizo una nueva partida luego de ordenar al grupo y retocar algunos autos después de tantos toque, roces y choques.
La pausa no tranquilizó a nadie. Siguieron los encontronazos y también siguieron a fondo los primeros, que fueron siempre los mismos: Rosberg, Vettel, Webber, Hamilton, Sutil, Button y Alonso. Kimi, luego de un toque con Perez que lo obligó a cambiar un neumático, llegó décimo.
Así terminó otro Monaco con todos sus defectos y virtudes. Hubo alfombra roja en la pista y se pudo comprobar que el Principe Alberto se está poniendo viejo y pelado. Mientras Ross Brawn y Niki Lauda abrazaban a Rosberg, nos llegó la nostalgia y recordamos las victorias de Fangio y Reutemann. Y al Principe Rainiero con el tallercito que le armó Juan…